A pesar de que la inflación afecta a casi todos los productos, los combustibles y la energía están sufriendo más sus consecuencias. Desde Dineo, te mostraremos cuáles son los impuestos a la gasolina en España. Además, te enseñaremos la realidad de otros países de nuestro entorno.
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¿Cómo se divide el precio de la gasolina?
El precio que pagamos en la gasolinera no es solo el coste del combustible en sí. De hecho, más de la mitad del precio final corresponde a impuestos. El reparto aproximado es el siguiente:
- Precio base del producto (aprox. 30%): incluye la extracción del crudo, su refinado y su transporte a las estaciones de servicio. Este valor puede fluctuar rápidamente en función de la cotización internacional del petróleo y del tipo de cambio euro-dólar, ya que el crudo se compra en dólares.
- Márgenes de distribución y comercialización (10%-15%): se trata del beneficio que obtienen las refinerías, los mayoristas y las estaciones de servicio. Incluye gastos como logística, personal o mantenimiento de instalaciones.
- Impuestos (entre el 50% y el 55%): el componente más significativo, que analizamos en detalle a continuación.
¿Qué impuestos se aplican a la gasolina?
En España se aplican dos impuestos principales al carburante: el Impuesto Especial sobre Hidrocarburos (IEH) y el IVA.
Impuesto Especial sobre Hidrocarburos (IEH)
Es un impuesto específico que grava la venta de combustibles fósiles como la gasolina y el diésel. Está regulado a nivel estatal, aunque anteriormente existían tramos autonómicos (ya unificados).
Para la gasolina sin plomo 95, que es la más utilizada por particulares, el impuesto se divide en:
- Tramo estatal general: 400,69 € por cada 1.000 litros, es decir, 0,4007 €/litro.
- Tramo estatal especial (antiguo tramo autonómico): 72 € por cada 1.000 litros, es decir, 0,072 €/litro.
Total IEH gasolina 95 = 0,4727 €/litro.
Este impuesto se mantiene fijo por litro, lo que significa que no depende del precio del crudo.
Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA)
El IVA en los carburantes es del 21%. Pero lo más curioso es que se aplica sobre el precio final, es decir, incluyendo el margen de beneficio y el propio IEH. Esto genera lo que muchos consideran un “doble impuesto”, porque se paga un 21% no solo por el producto, sino también por otro impuesto.
¿Pagamos siempre lo mismo en impuestos?
En parte sí, y en parte no.
- El IEH es un impuesto fijo por litro, por lo que no cambia si sube o baja el precio del petróleo.
- El IVA, al ser un porcentaje, sí varía. Cuanto más sube el precio base del combustible, más pagamos de IVA.
A esto se suman las posibles decisiones políticas. Por ejemplo, en 2025 se ha igualado el impuesto del diésel al de la gasolina, con una subida de 9,37 céntimos por litro para el gasóleo. Esta medida busca desincentivar el uso del diésel, más contaminante, pero también afecta directamente al bolsillo de los conductores.
Además, no todos los países tienen los mismos impuestos, como veremos a continuación.
Cuáles son los impuestos a la gasolina en España
A la hora de fijar el precio de la gasolina, es importante que tengas en cuenta todos los conceptos que forman el coste final que pagas al repostar. Para fabricar los combustibles, primero es necesario refinar el petróleo, cuyo precio se ve afectado por las variaciones del mercado. En Europa, el índice de referencia es el Brent. Estos costes suponen alrededor de un 40% del valor final.
Una vez que llega a la gasolinera, hay que añadir los importes de distribución y el margen de beneficio de la empresa que suministra el combustible. Aquí se genera un sobreprecio de otro 15%, aproximadamente.
Por último, para conformar el monto total es imprescindible sumar los impuestos. Uno de ellos, el especial de hidrocarburos (IEH), tiene un precio fijo por cada 1000 litros de combustible. Su coste es de 431,92 euros en el caso de la gasolina sin plomo de 98 octanos y de 400,69 euros en el resto. Por su parte, el gasóleo tiene un IEH inferior: de 307 euros por cada 1000 litros.
El otro, conocido como el impuesto sobre ventas minoristas del Estado, tiene un coste de 24 euros por cada 1000 litros de diésel o de gasolina. En lo referente al gasóleo agrícola o al de la calefacción, este se reduce en 4 euros.
Por supuesto, el IVA es el tercer impuesto que tienen que abonar todos los combustibles. En nuestro país se tributa un 21% sobre el precio final. En este caso, existe la peculiaridad de que el IVA también grava el IEH y el impuesto sobre ventas minoristas, puesto que se calcula tras ellos. Estamos frente a lo que se conoce como doble imposición.
Ejemplificación
Vamos a ponerte un ejemplo de cómo se reparte el precio de la gasolina. Dado que no sabemos exactamente cuánto porcentaje aplica de margen cada gasolinera, los gastos de distribución y el coste de la materia prima quedarán englobados en la misma categoría.
Distribución del precio de 1 litro de gasolina sin plomo 95 que se vende al consumidor a 2,059 euros por litro:
- Costes de materia prima, distribución y márgenes: 1,277 euros.
- Impuesto especial de hidrocarburos: 0,401 euros.
- Impuesto sobre ventas minoristas del Estado: 0,024 euros.
- Impuesto sobre el valor añadido: 0,357 euros.
En este ejemplo, como puedes comprobar, más de un 38% del coste serían impuestos.

¿Qué país tiene el impuesto más alto sobre la gasolina?
Según datos recientes de la Comisión Europea:
Fuera de Europa, Hong Kong se sitúa como la región con la gasolina más cara del mundo, superando los 13 dólares por galón (alrededor de 3,40 €/litro), debido a su altísima carga impositiva.
Países Bajos, Dinamarca e Italia encabezan el ranking europeo con los precios más altos por litro, en parte por los elevados impuestos.
España se encuentra en la parte media-alta del ranking, con unos impuestos importantes, pero no los más altos del continente.