Se puede aplazar un préstamo personal: todo lo que tienes que saber

10 de noviembre de 2025

La respuesta es sí, aunque con matices. Los bancos y entidades financieras ofrecen diferentes soluciones para quienes atraviesan una dificultad económica temporal. En este artículo te explicamos qué significa ser titular de un préstamo, qué ocurre si no puedes pagar, cómo puedes renegociar tu deuda y qué opciones existen para aplazar o reestructurar tus pagos antes de caer en un impago.

¿Qué supone ser titular de un préstamo personal?

Cuando solicitas un préstamo personal y el banco te lo concede, firmas un contrato en el que te conviertes en titular de una deuda. Esto implica una serie de derechos, pero también de obligaciones legales y financieras.

Ser titular significa que tú, y solo tú, o junto a un cotitular si lo hubiera, eres responsable de devolver el dinero prestado más los intereses acordados. El banco, por su parte, se compromete a entregarte una cantidad determinada y a mantener las condiciones establecidas salvo que se renegocien.

Cada préstamo personal incluye tres elementos clave:

  • El capital prestado: la cantidad de dinero que recibes.
  • El tipo de interés: lo que pagas al banco por prestarte ese dinero.
  • El plazo de amortización: el tiempo en el que te comprometes a devolverlo.

A cambio de esa financiación, te comprometes a cumplir con los pagos mensuales. Si en algún momento no puedes hacerlo, la deuda sigue existiendo, y eso es lo que puede derivar en intereses adicionales, penalizaciones o incluso en una reclamación judicial.

Por eso es tan importante actuar con rapidez si detectas que vas a tener dificultades para pagar. No esperar al impago es la mejor estrategia para evitar problemas mayores.

aplazar un prestamo

¿Cuáles son las consecuencias de no pagar un préstamo personal?

Cuando no puedes hacer frente a las cuotas de tu préstamo, las consecuencias pueden ir más allá de un simple recargo. El impago afecta a tu historial financiero, tu capacidad para pedir nuevos créditos y, en casos graves, a tus bienes o ingresos.

Veamos los principales escenarios.

Intereses de demora y comisiones por impago

El primer efecto de no pagar una cuota en plazo es la aplicación de intereses de demora. Estos son más altos que los intereses ordinarios y se calculan por cada día que pasa sin que el banco reciba el pago.

Además, muchas entidades aplican comisiones por reclamación de impago, que pueden rondar entre los 30 y 50 euros por cada recibo devuelto. Aunque parezcan cantidades pequeñas, si el retraso se prolonga, la deuda puede crecer rápidamente.

Inclusión en ficheros de morosidad

Si el impago se prolonga más de 60 o 90 días, el banco puede comunicar tu deuda a ficheros de morosidad como ASNEF o Experian.
Esto implica que otras entidades verán tu historial y pueden negarte nuevos créditos o servicios.

Salir de un fichero de morosidad no es inmediato: solo se consigue pagando la deuda o demostrando un error en el registro.

Reclamación judicial y embargo

Si el impago continúa, la entidad puede iniciar un proceso judicial de reclamación de deuda.
En casos extremos, el juez puede ordenar el embargo de tu nómina, cuenta bancaria o bienes personales hasta cubrir el importe adeudado.

Por eso, antes de llegar a este punto, conviene explorar todas las opciones que ofrece el banco para aplazar o reestructurar la deuda.

Deterioro de la solvencia y pérdida de confianza financiera

Más allá de las consecuencias legales, un impago deteriora tu historial crediticio, lo que te dificultará acceder a financiación en el futuro.
Incluso aunque regularices la situación, los bancos pueden valorar tu perfil como de mayor riesgo y ofrecerte condiciones más duras (mayores intereses, menos plazo, menor importe).

¿Qué soluciones ofrece el banco si no puedes pagar?

La buena noticia es que los bancos prefieren negociar antes que reclamar judicialmente. La mayoría de entidades ofrece soluciones temporales o estructurales para quienes atraviesan dificultades económicas.

A continuación te explico las más habituales.

Aplazamiento o moratoria del préstamo

Una de las opciones más comunes es solicitar un aplazamiento temporal del préstamo. Esto permite suspender el pago de una o varias cuotas durante un periodo acordado (por ejemplo, tres o seis meses).

Durante ese tiempo, no se cobran las cuotas, pero la deuda sigue generando intereses. Al final del aplazamiento, los pagos se reanudan, y el plazo del préstamo se amplía para compensar los meses no pagados.

Esta opción es útil si tu problema económico es puntual y temporal, como una baja laboral o un gasto imprevisto.

Refinanciación o reunificación de deudas

Si el problema es más estructural, varios préstamos, tarjetas o créditos al consumo, el banco puede ofrecerte una refinanciación o reunificación de deudas.

Esto consiste en agrupar todos tus préstamos en uno solo, con un nuevo plazo y cuota mensual más baja.
Aunque acabarás pagando más intereses a largo plazo, ganarás liquidez y estabilidad mensual.

Por ejemplo: si pagas tres préstamos por un total de 600 € al mes, podrías refinanciarlos en uno solo de 350 € mensuales, a cambio de alargar el plazo.

Carencia parcial o total

Otra alternativa es solicitar un periodo de carencia, que puede ser:

  • Carencia total: no se pagan ni capital ni intereses durante un tiempo determinado.
  • Carencia parcial: solo se pagan los intereses, pero no se amortiza capital.

Esta fórmula permite aliviar la carga mensual mientras atraviesas una situación económica complicada, aunque alarga la duración total del préstamo.

Ampliación del plazo de amortización

Negociar un alargamiento del plazo reduce la cuota mensual, ya que se reparte el importe total entre más mensualidades.
Por ejemplo, pasar de un préstamo a 5 años a uno a 8 puede reducir la cuota en un 30 % o más.

Eso sí, a cambio pagarás más intereses totales, ya que el dinero permanece prestado durante más tiempo.

Dación en pago o entrega de garantía

En casos extremos, y siempre que el préstamo tenga un bien asociado (como un vehículo o una vivienda), algunas entidades pueden aceptar una dación en pago, es decir, la entrega del bien como cancelación total o parcial de la deuda.

Esta solución no es habitual en préstamos personales sin garantía, pero sí puede plantearse en situaciones excepcionales donde el cliente no tiene capacidad de pago ni alternativas.

Acuerdos extrajudiciales o planes de pago personalizados

Cuando la deuda ya está en fase de impago, todavía puedes negociar un acuerdo extrajudicial con el banco o con la empresa de recobro.
Estos acuerdos permiten fraccionar la deuda, eliminar parte de los intereses o incluso reducir el total a cambio de un pago único.

Es importante documentar cualquier acuerdo por escrito y conservarlo como prueba.

Preguntas frecuentes

¿Se puede aplazar un préstamo personal en cualquier momento?
Sí, aunque depende de la política de cada entidad. Lo ideal es solicitarlo antes de que se produzca el impago. Cuanto antes comuniques la dificultad, más opciones tendrás de renegociar sin penalizaciones.

¿Cuánto cuesta aplazar un préstamo?
Normalmente el aplazamiento genera intereses adicionales o comisiones por modificación de contrato. Sin embargo, suele ser más barato que entrar en impago o acumular recargos judiciales.

¿Qué diferencia hay entre aplazar y refinanciar un préstamo?

  • Aplazar implica detener temporalmente el pago de las cuotas.
  • Refinanciar significa recalcular la deuda total, cambiar el plazo y crear un nuevo préstamo.

¿Puedo aplazar un préstamo si estoy en ASNEF?
Depende del banco. Si ya tienes un impago registrado, la entidad puede negarse, aunque algunos prestamistas privados ofrecen soluciones específicas con condiciones más duras.

¿Qué pasa si no pago el préstamo y no aviso?
Si no notificas tu situación, el banco activará el procedimiento de recobro, aplicará intereses de demora, te incluirá en ficheros de morosidad y, si la deuda persiste, podrá reclamar judicialmente.

¿Qué documentos necesito para solicitar un aplazamiento?
Por lo general, se piden justificantes que demuestren tu situación económica (nóminas, baja laboral, declaración de ingresos, etc.) y una solicitud formal de modificación de contrato.

¿Puede el banco negarse a conceder el aplazamiento?
Sí, no está obligado a aprobarlo. Cada entidad evalúa la situación del cliente y el riesgo que supone modificar las condiciones del préstamo.

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Escrito por...
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