Cada vez que llenas el depósito de tu coche, compras un móvil o cenas en un restaurante, estás pagando impuestos indirectos. No se cobran sobre tu renta ni tus beneficios, sino sobre el consumo. Por eso, entender cómo funcionan, qué tipos existen y cómo gestionarlos correctamente no solo es útil para particulares, sino fundamental para autónomos y empresas. En este artículo te explicamos qué son los impuestos indirectos, cómo se diferencian de los directos, cuáles son los más importantes en España y qué obligaciones conllevan.
¿Qué son los impuestos indirectos?
Los impuestos indirectos son aquellos que se aplican sobre el consumo de bienes y servicios, no sobre la renta o el patrimonio de una persona. Es decir, no dependen directamente de la capacidad económica del contribuyente, sino del tipo y volumen de las operaciones que realiza.
Dicho de otro modo: pagas impuestos indirectos cada vez que compras, consumes o utilizas algo sujeto a tributación. No es un pago que hagas de forma voluntaria o explícita, sino que va incluido en el precio final del producto o servicio.
Por ejemplo, cuando compras una camiseta por 30 euros, una parte de ese importe corresponde al IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido), que el vendedor recauda y entrega posteriormente a Hacienda.
La clave está en que quien soporta el impuesto (el consumidor) no es quien lo ingresa directamente en Hacienda, sino el intermediario o empresario que realiza la venta. Por eso se les llama “impuestos trasladables”: el comerciante actúa como recaudador, pero la carga económica final recae sobre el comprador.

¿Qué tipos de impuestos indirectos existen?
Los impuestos indirectos pueden clasificarse en dos grandes categorías, según el tipo de operación sobre la que recaen: los impuestos generales sobre el consumo y los impuestos especiales.
Veamos cómo se diferencian y qué papel cumple cada uno.
Impuestos generales sobre el consumo
Estos impuestos afectan al consumo generalizado de bienes y servicios y se aplican de forma uniforme a la mayoría de operaciones económicas. En España, el más relevante es el IVA, aunque existen variantes en territorios específicos.
- IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido): es el impuesto indirecto más conocido y extendido. Se aplica sobre casi todas las ventas de bienes y prestaciones de servicios. Su tipo general en España es del 21 %, aunque hay tipos reducidos (10 %) y superreducidos (4 %) para productos esenciales.
- IGIC (Impuesto General Indirecto Canario): sustituye al IVA en Canarias, con tipos más bajos (el general es del 7 %).
- IPSI (Impuesto sobre la Producción, los Servicios y la Importación): se aplica en Ceuta y Melilla, también como alternativa al IVA.
Impuestos especiales
Los impuestos especiales no gravan el consumo en general, sino productos concretos cuyo uso se considera sensible o de impacto social o ambiental.
Los más destacados en España son:
- Impuesto sobre Hidrocarburos, que se aplica a la gasolina y al gasóleo.
- Impuesto sobre el Tabaco, destinado a regular el consumo de cigarrillos y otros productos derivados.
- Impuesto sobre el Alcohol y Bebidas Alcohólicas, que afecta a vinos, cervezas y licores.
- Impuesto sobre la Electricidad, aplicado al consumo eléctrico.
¿Qué diferencia los impuestos indirectos de los directos?
Aunque ambos son tributos, los impuestos directos e indirectos se comportan de forma muy distinta. La diferencia esencial está en sobre qué gravan y quién los paga efectivamente.
- Los impuestos directos recaen sobre la renta o el patrimonio. Se pagan en función de la capacidad económica del contribuyente. Ejemplo: el IRPF o el Impuesto sobre Sociedades.
- Los impuestos indirectos, en cambio, recaen sobre el consumo o las transacciones económicas, sin tener en cuenta la renta o el patrimonio de quien los paga.
Otra gran diferencia es la traslación del impuesto.
En los impuestos directos, quien paga es quien soporta la carga (el contribuyente y Hacienda). En los indirectos, la empresa actúa como intermediaria: cobra el impuesto al consumidor y luego lo ingresa en el Tesoro Público.
Por ejemplo:
- Si cobras 2.000 € al mes, pagas IRPF directamente sobre tus ingresos (impuesto directo).
- Si compras un televisor por 600 €, una parte de ese importe es IVA (impuesto indirecto).
Los principales impuestos indirectos
España cuenta con un conjunto de impuestos indirectos que conforman una parte esencial de la recaudación pública. A continuación, analizamos los más relevantes y cómo afectan al ciudadano o a la empresa.
1. IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido)
Es el pilar de los impuestos indirectos. Grava la entrega de bienes y la prestación de servicios, así como las importaciones.
Existen tres tipos principales:
- Tipo general (21 %): se aplica a la mayoría de bienes y servicios.
- Tipo reducido (10 %): para productos de alimentación, hostelería, transporte o vivienda.
- Tipo superreducido (4 %): para productos básicos como pan, leche, libros o medicamentos.
2. Impuestos especiales
Afectan a sectores específicos:
- Hidrocarburos: se paga al repostar combustible.
- Tabaco: recae sobre la fabricación e importación.
- Alcohol: afecta a la producción y comercialización de bebidas alcohólicas.
- Electricidad: grava el consumo eléctrico (aunque se han aplicado reducciones temporales para aliviar la factura de la luz).
3. Impuesto sobre las Primas de Seguros
A menudo pasa desapercibido. Grava el importe de las primas de seguros y lo abona la compañía aseguradora a Hacienda, aunque el coste lo soporta el cliente.
4. Impuestos aduaneros
Cuando importas productos de fuera de la Unión Europea, pagas derechos arancelarios.
Son también impuestos indirectos, porque se aplican al valor de la mercancía importada, independientemente de quién la compre.
Las obligaciones formales en los impuestos indirectos
Los impuestos indirectos implican una serie de obligaciones administrativas tanto para las empresas como para los profesionales autónomos. Aunque el consumidor los paga al comprar, es el empresario quien debe recaudar, declarar y liquidar estos tributos.
Veamos las principales obligaciones.
Repercusión y cobro del impuesto
Cuando un empresario vende un bien o presta un servicio, debe repercutir el impuesto correspondiente al cliente (por ejemplo, el IVA).
Esto se hace reflejando en la factura el importe del impuesto y el tipo aplicable.
De este modo, el empresario actúa como recaudador del Estado.
Declaración y liquidación periódica
Los autónomos y empresas deben presentar declaraciones periódicas (normalmente trimestrales) para ingresar el impuesto recaudado.
En el caso del IVA, esto se hace mediante el modelo 303, donde se calcula la diferencia entre el IVA repercutido (ventas) y el IVA soportado (compras).
Si el resultado es positivo, se paga a Hacienda; si es negativo, se puede compensar o solicitar devolución.
Obligación de facturación y registro
Toda operación sujeta a impuestos indirectos debe emitirse con factura, salvo en algunos casos excepcionales.
Además, se deben llevar libros registro donde se anoten todas las operaciones:
- Libro de facturas emitidas.
- Libro de facturas recibidas.
- Libro de bienes de inversión.
La legislación exige conservar las facturas y justificantes durante al menos 4 años (plazo de prescripción).
Esto es clave para justificar deducciones o responder a requerimientos de la Agencia Tributaria.
Gestión y control de los impuestos indirectos
Una buena gestión fiscal no solo consiste en cumplir con las declaraciones, sino en optimizar los flujos de impuestos y evitar errores que generen sanciones o pérdida de liquidez.
Algunos consejos prácticos:
- Automatiza tus procesos contables: programas como A3, Sage o Quipu facilitan el control del IVA y los registros.
- Revisa periódicamente tus facturas: asegúrate de aplicar el tipo correcto y de no deducir IVA en gastos no permitidos.
- Consulta las novedades fiscales: los tipos de IVA o las exenciones pueden cambiar cada año.
- Apóyate en un asesor fiscal, especialmente si operas en varios países o tienes actividades internacionales.
Preguntas frecuentes
¿Por qué se llaman impuestos “indirectos”?
Porque quien los paga económicamente (el consumidor) no es quien los ingresa en Hacienda. El empresario actúa como intermediario.
¿Qué porcentaje de la recaudación española procede de los impuestos indirectos?
Aproximadamente un 35 % del total, siendo el IVA el principal motor recaudatorio.
¿Se puede recuperar el IVA de las compras?
Sí, si eres autónomo o empresa puedes deducir el IVA soportado en tus gastos siempre que estén afectos a tu actividad económica.
¿Qué ocurre si no se declara el IVA a tiempo?
La Agencia Tributaria puede imponer recargos e intereses de demora, además de sanciones.
¿Todos los bienes están sujetos a impuestos indirectos?
No. Existen productos y servicios exentos de IVA (como la educación o la sanidad pública) o con tipos reducidos por su carácter esencial.
¿Pagan más los ricos o los pobres en impuestos indirectos?
En términos relativos, afectan más a las rentas bajas, porque el impuesto se aplica por igual sin tener en cuenta la capacidad económica.