Comprar una nueva vivienda sin haber vendido la actual es una situación más común de lo que parece. Sin embargo, para muchas familias o propietarios, este paso implica un importante reto económico. En estos casos, existe una solución financiera muy concreta diseñada para dar respuesta a esta necesidad puntual: el crédito puente.
Si te estás preguntando crédito puente qué es, cómo se solicita y si realmente es una opción viable para ti, en este artículo resolvemos todas tus dudas.
¿Qué es un préstamo puente?
Un préstamo puente, también conocido como crédito puente, es un producto financiero diseñado para ayudar a quienes necesitan comprar una nueva vivienda antes de vender la actual. En otras palabras, es un tipo de financiación temporal que “hace de puente” entre la compra de un nuevo inmueble y la venta de otro.
Este tipo de préstamo se caracteriza por tener un plazo de amortización más corto que una hipoteca convencional, normalmente entre 6 meses y 5 años. Su objetivo principal no es financiar a largo plazo, sino cubrir un desajuste temporal de liquidez mientras se lleva a cabo la operación inmobiliaria pendiente.
En la mayoría de los casos, el crédito puente se asocia con operaciones hipotecarias. Es decir, el banco ofrece financiación parcial o total para adquirir una nueva vivienda, mientras se mantiene la hipoteca sobre la actual. Cuando se vende la primera vivienda, se liquida total o parcialmente la deuda, y se establece la hipoteca definitiva sobre el nuevo inmueble.
Este producto es especialmente útil para quienes no quieren perder una oportunidad de compra por no haber vendido todavía su propiedad actual, y buscan una alternativa flexible, aunque temporal, para acceder a una nueva vivienda.
¿Cómo funcionan los préstamos puente?
El funcionamiento de un préstamo puente se basa en combinar dos operaciones en una: por un lado, se mantiene la hipoteca existente sobre la vivienda actual; por otro, se concede un nuevo préstamo que permitirá adquirir la nueva vivienda. La garantía de pago del préstamo recae sobre ambas propiedades hasta que se haya completado la venta de la anterior.
Por tanto, durante el tiempo que transcurre entre la compra y la venta, el cliente puede encontrarse con dos hipotecas simultáneas o con una única operación estructurada que agrupa ambas necesidades, dependiendo de la entidad financiera.
Modalidades de pago
Existen distintas modalidades de pago según la entidad bancaria y la capacidad financiera del solicitante:
- Carencia total: durante un periodo inicial (normalmente entre 6 y 24 meses), el cliente no paga ni capital ni intereses, o solo abona los intereses del nuevo préstamo. Esta modalidad alivia la carga mensual mientras se espera la venta de la vivienda antigua.
- Carencia parcial: el cliente paga únicamente los intereses del préstamo puente, y no amortiza capital hasta que se vende la vivienda.
- Amortización desde el inicio: si la capacidad económica del solicitante lo permite, puede pactarse el pago completo (capital e intereses) desde el primer momento, aunque no es lo habitual.
Ejemplo práctico
Imagina que tienes una vivienda con una hipoteca pendiente de 50.000 € y quieres comprar una nueva por 200.000 €, pero todavía no has vendido la primera. El banco puede concederte un préstamo puente por 200.000 € (incluyendo la deuda actual) y estructurar los pagos en dos fases: una de carencia mientras vendes la vivienda, y otra en la que se amortiza el préstamo definitivo una vez cerrada la venta
Situaciones en las que pedir un préstamo puente
1. Compra de nueva vivienda sin haber vendido la actual
La situación más común en la que se solicita un crédito puente es la compra de una nueva casa cuando todavía no se ha vendido la actual. Puede tratarse de una oportunidad única que no quieres dejar pasar o de una necesidad urgente (por ejemplo, una ampliación por motivos familiares o un traslado laboral).
En estos casos, el crédito puente te permite disponer del dinero necesario para la compra sin necesidad de esperar la venta de tu vivienda actual, evitando pérdidas de tiempo o la necesidad de recurrir a soluciones poco favorables como la venta apresurada a un precio inferior.
2. Cambio de residencia por motivos laborales
Muchas personas se enfrentan al reto de cambiar de ciudad o comunidad autónoma por una nueva oferta laboral. Si bien la nueva vivienda es una necesidad inmediata, vender la anterior puede llevar meses. El préstamo puente permite gestionar este periodo de transición sin renunciar al nuevo puesto o sin tener que alquilar temporalmente mientras se formaliza la venta.
3. Aprovechar una oportunidad inmobiliaria
El mercado inmobiliario está lleno de oportunidades que no esperan. Un crédito puente puede ayudarte a aprovechar una bajada de precio, una subasta o una propiedad exclusiva sin tener que esperar a vender tu inmueble. Esta estrategia es muy habitual entre inversores inmobiliarios, aunque también puede ser útil para particulares con experiencia en compraventa.
4. Divorcios o separaciones con propiedad compartida
En procesos de separación o divorcio, uno de los miembros de la pareja puede necesitar una nueva vivienda antes de haber liquidado completamente la propiedad compartida. En estos casos, el crédito puente ofrece la posibilidad de comprar una nueva casa mientras se negocia la venta o cesión del inmueble común, evitando así situaciones de convivencia incómodas o inestables.
5. Herencias y reparto de propiedades
Cuando se heredan inmuebles, a menudo los herederos necesitan liquidez para repartir el valor de los bienes o asumir su parte en una compra conjunta. El crédito puente puede actuar como instrumento financiero temporal mientras se formaliza la venta o se completan los trámites hereditarios.