La inflación es un concepto que escuchamos demasiado. Sin embargo, en los últimos años, hemos comenzado a escuchar un término relativamente nuevo: la reduflación. Este fenómeno, aunque similar a la inflación, tiene un enfoque diferente que está marcando una nueva forma de entender el mercado y sus efectos en los precios. T e voy adelantando lo que es: cuántas veces no hemos dicho la mitad de la bolsa son patatas y la otra aire…. ¡Ya estás más cerca de entender lo que es la reduflacción!
¿Qué es la reduflación y en qué consiste?
La reduflación es un fenómeno económico que se produce cuando los precios de los productos aumentan, pero las empresas deciden reducir el tamaño o la cantidad del producto sin modificar significativamente su precio. En otras palabras, los consumidores siguen pagando lo mismo o un precio muy similar por un producto, pero este tiene menos contenido o calidad que antes. Este término surge de la combinación de las palabras «reducción» e «inflación», haciendo referencia a la forma en la que las empresas ajustan sus productos para protegerse de los efectos negativos de la inflación.
La reduflación aparece como respuesta a la inflación, que genera un aumento en los costes de producción, como la materia prima, el transporte o la mano de obra. Las empresas, en lugar de trasladar por completo estos aumentos a los consumidores a través de subidas de precios, optan por reducir la cantidad o calidad de sus productos. Así, siguen obteniendo márgenes de beneficio similares sin provocar una reacción negativa en los consumidores, que podrían sentirse más descontentos ante un aumento directo en los precios.
¿Para qué les sirve la reduflación a las empresas?
La reduflación puede parecer una estrategia un tanto engañosa, pero para las empresas, es una forma de adaptarse a un entorno económico complicado sin perder clientela. Al aplicar esta táctica, las marcas logran varias cosas:
- Mantener la percepción del precio atractivo: Los consumidores son muy sensibles a los precios y prefieren verlos estables. Sin embargo, si las empresas subieran los precios en lugar de reducir el tamaño o la cantidad, podrían perder clientes. Con la reduflación, las marcas mantienen la percepción de que no están subiendo el precio, aunque en realidad están vendiendo menos por lo mismo.
- Preservar márgenes de beneficio: Dado que los costes de producción aumentan, las empresas deben encontrar formas de proteger sus márgenes de beneficio. Al reducir el tamaño de los productos, se asegura de que no están perdiendo dinero debido a la inflación.
- Competir en el mercado: Si bien otras empresas podrían elevar sus precios para hacer frente a la inflación, aquellas que optan por la reduflación pueden ofrecer productos «más baratos» (aunque de menor tamaño o calidad) para mantenerse competitivas en un mercado saturado.
- Satisfacción del consumidor a corto plazo: Al principio, muchos consumidores no notan la reducción de tamaño, lo que les permite a las empresas mantener la satisfacción del cliente. Sin embargo, a largo plazo, este fenómeno puede generar un descontento cuando los consumidores se dan cuenta de que lo que compraban ya no es lo mismo.
¿Es legal la reduflación?
La reduflación no es ilegal en sí misma. Las empresas tienen derecho a modificar el tamaño de sus productos, siempre que informen de ello de forma clara y transparente. En términos legales, este tipo de ajuste entra dentro de la libertad comercial de las empresas, pero debe respetar las normativas sobre etiquetado y publicidad.
Normativas que deben cumplir las empresas
En España, las regulaciones sobre etiquetado son estrictas. La Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios establece que los productos deben tener etiquetas claras que indiquen la cantidad y el precio, entre otros detalles. Si una empresa decide reducir el tamaño de un producto, está obligada a actualizar esta información en el envase. Esto significa que el consumidor debe ser capaz de identificar si está recibiendo menos producto por el mismo precio.
Posibles inconvenientes legales
Aunque la reduflación en sí no es ilegal, si una empresa no comunica de manera transparente los cambios realizados en sus productos, podría enfrentarse a sanciones. De igual manera, si la reducción de calidad es demasiado notoria y afecta la seguridad o funcionalidad del producto, podría ser considerado un incumplimiento de la normativa de calidad.
Ejemplos de reduflación
- Alimentos y bebidas: Las marcas de refrescos, galletas y cereales son algunas de las más afectadas por la reduflación. En lugar de subir el precio de la caja de cereales, por ejemplo, pueden reducir el contenido de gramos de forma casi imperceptible. Esto significa que los consumidores siguen pagando lo mismo, pero por menos producto.
- Productos de higiene personal: Otro sector donde la reduflación es común es el de productos como champús, geles o detergentes. Las botellas de champú que antes contenían 500 ml, ahora tienen 450 ml, pero el precio se mantiene casi igual.
- Productos electrónicos: Aunque no es tan común, también se puede encontrar reduflación en productos tecnológicos. Por ejemplo, los dispositivos electrónicos pueden bajar en calidad (menos memoria, menor capacidad de batería) sin que el precio cambie.
Aunque a corto plazo puede que no notemos el cambio, a largo plazo, la reduflación sí afecta nuestro poder adquisitivo. Estamos pagando lo mismo por menos cantidad o calidad, y esto puede hacernos sentir engañados o insatisfechos con lo que estamos comprando.
¿Cómo pueden los consumidores protegerse contra la reduflación?
- Leer las etiquetas con atención: Si estás acostumbrado a comprar un producto en particular, fíjate bien en las etiquetas. A veces el cambio es tan pequeño que ni te das cuenta. Asegúrate de comprobar la cantidad y el precio por unidad (litros, gramos, etc.).
- Comparar precios por unidad: Muchos supermercados ahora ponen el precio por unidad de medida (por litro, por kilo), lo que facilita la comparación entre productos. Si el precio no cambia, pero la cantidad sí, notarás que estás pagando más por lo mismo.
- Optar por marcas alternativas: Si notas que las marcas más conocidas están aplicando reduflación, prueba con otras marcas que puedan ofrecer la misma calidad por un precio más justo o con más cantidad.
- Estar alerta a las promociones: A veces las promociones ofrecen productos en mayor cantidad o con descuentos que compensan la reduflación. Estate atento a estas ofertas y compara bien antes de comprar.
Qué ha pasado en Francia
En Francia, la reduflación ha sido un tema candente en los últimos años, especialmente durante la crisis económica post-pandemia y la guerra en Ucrania, que ha afectado las cadenas de suministro y ha aumentado los costes de producción. Las grandes marcas han comenzado a reducir el tamaño de los productos sin alterar el precio, lo que ha generado una gran preocupación entre los consumidores.
El gobierno francés ha emitido directrices para que las empresas sean transparentes con sus prácticas de reduflación y ha comenzado a imponer sanciones a aquellas que no informan adecuadamente a los consumidores. Por otro lado, los consumidores franceses han comenzado a manifestarse en foros y redes sociales, mostrando su descontento por sentir que les están «engañando» con productos más pequeños pero a los mismos precios.
¿Qué significa para el resto de Europa?
Aunque la reduflación ha sido más evidente en Francia, es posible que otras naciones europeas sigan el mismo camino si la inflación continúa. Esto pone de manifiesto la importancia de estar atentos como consumidores y exigir una mayor transparencia en las prácticas comerciales.