Psicología de consumo: cómo controlar las compras compulsivas

¿Alguna vez has comprado algo por impulso y luego te has arrepentido? ¿O has sentido que no puedes resistirte a una oferta o a un producto que te llama la atención? Si es así, no estás solo. Las compras compulsivas son un fenómeno muy común que afecta a muchas personas y que tiene una explicación psicológica. Si quieres saber qué es la psicología de consumo, por qué compramos por impulso y cómo podemos controlar este hábito, sigue leyendo.

¿Qué es la psicología de consumo?

La psicología de consumo es la rama de la psicología que estudia el comportamiento de los consumidores, es decir, las motivaciones, actitudes, emociones y procesos cognitivos que influyen en nuestras decisiones de compra.

Esta disciplina se basa en el principio de que no compramos solo por necesidad, sino también por placer, por identidad, por estatus, por influencia social o por impulsividad.

¿Por qué compramos por impulso?

El consumo impulsivo (denominado clínicamente como oniomanía) se define como la adquisición de un producto o servicio sin una planificación previa, sin una evaluación racional de sus ventajas e inconvenientes y sin tener en cuenta las consecuencias a largo plazo. Se produce por varios factores:

• Estado de ánimo: cuando estamos tristes, aburridos, ansiosos o estresados, tendemos a buscar una recompensa inmediata para sentirnos mejor. El problema es que esa satisfacción suele ser breve y puede generar después culpa o remordimiento.
• Personalidad: algunas personas son más propensas a comprar compulsivamente que otras. La baja autoestima, el escaso autocontrol o la impulsividad pueden estar detrás de ese comportamiento.
• Entorno: el marketing y la publicidad pueden estimular el deseo de compra mediante diversas técnicas. Además, el contexto social también influye en nuestras decisiones de compra, ya sea por imitación, por presión o por comparación.
• Disponibilidad: cuanto más accesible sea un producto o servicio, más probable es que lo compremos por impulso. Por ejemplo, el comercio electrónico facilita el consumo impulsivo al eliminar las barreras físicas y temporales.

¿Cómo controlar el consumo impulsivo?

La adicción a comprar puede tener consecuencias negativas para nuestra economía y nuestro bienestar: endeudamiento, frustración, insatisfacción o estrés. Por eso, es importante aprender a controlar este hábito y adoptar un consumo más consciente y responsable. Algunos consejos para lograrlo:

• Respetar el presupuesto mensual. Asigna una cantidad fija para gastos fijos y otra para gastos variables. Dentro de estos últimos, destina una parte para tus caprichos o imprevistos, pero sin pasarte.
• Antes de comprar algo, pregúntate: ¿Lo necesito? ¿Lo quiero? ¿Me lo puedo permitir? ¿Me va a hacer feliz? Si la respuesta es no a alguna cuestión, no lo compres.
• Espera 24 horas antes de comprar algo que te haya gustado. Así podrás reflexionar mejor sobre tu decisión.
• Evita tentaciones. No entres en tiendas o webs que te inciten a comprar cosas innecesarias. Desactiva las notificaciones de ofertas o promociones. No uses tu tarjeta de crédito para compras pequeñas. No compres cuando estés emocionalmente alterado.
• Busca otras formas de gratificación. El consumo no es la única fuente de placer o felicidad. Encuentra actividades que te gusten y te llenen, como hacer deporte, leer, meditar o pasar tiempo con tus seres queridos.

La adicción a las compras es un hábito muy extendido que puede afectar negativamente a nuestra economía y nuestro bienestar. Pero, conociendo la psicología de consumo y aplicando algunos consejos prácticos, podemos controlar este comportamiento y adoptar un consumo más responsable.

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