La entrevista de trabajo es ese momento decisivo en el que, después de enviar decenas de currículums, alguien te da la oportunidad de demostrar quién eres y qué puedes aportar. Puede generar nervios, dudas y hasta un poco de presión, pero también es una ocasión única: es tu momento para brillar, para contar tu historia profesional y conectar con la empresa que podría contratarte. Saber cómo prepararla bien marca la diferencia entre una entrevista más y una que realmente te abre puertas.
En este artículo te explico 12 consejos clave, las 10 preguntas más frecuentes, cómo hablar de tus defectos y virtudes sin meterte en líos y, sobre todo, cómo construir un discurso sólido que funcione tanto en entrevistas presenciales como online.
12 consejos para preparar una entrevista de trabajo
1. Investiga la empresa a fondo
Antes de cualquier entrevista tienes que saber quién es la empresa: qué hace, qué valores tiene, qué productos o servicios ofrece, cómo se comunica y hasta quién es su competencia. Esto te ayuda a ajustar tus respuestas y, sobre todo, a demostrar interés real. No basta con mirar la web por encima: revisa noticias recientes, redes sociales, LinkedIn, opiniones de clientes o empleados y todo lo que pueda darte contexto.
2. Analiza bien la oferta de empleo
Muchas veces la oferta te da el guion perfecto de lo que van a preguntarte: funciones principales, requisitos técnicos, competencias blandas, experiencia deseada… Cuando te prepares, piensa en ejemplos concretos de tu vida laboral que demuestren que encajas con lo que piden. No digas “sé trabajar en equipo”: demuestra cómo lo haces.
3. Prepara tu presentación profesional (elevator pitch)
La pregunta “Háblame de ti” es un clásico. Si no la preparas, puedes divagar o dar demasiada información. Crea un discurso breve (45–60 segundos) que incluya:
- quién eres profesionalmente,
- tu experiencia más relevante,
- tus logros principales,
- qué te trae a ese puesto.
Debe sonar natural, no memorizado.
4. Prepárate para preguntas difíciles
Hay preguntas que siempre incomodan: salario esperado, motivos de cambio, defectos, conflictos laborales… Si las improvisas, puede que no salgan bien. Ensaya respuestas claras, sinceras y orientadas al aprendizaje y la mejora.
5. Revisa tus logros clave y ten ejemplos preparados
En vez de decir “soy resolutivo”, piensa en un caso concreto donde resolviste un problema. La mejor manera de argumentarlo es usando la metodología STAR:
- Situación
- Tarea
- Acción
- Resultado
Los entrevistadores adoran los ejemplos concretos porque muestran cómo trabajas en la práctica.
6. Cuida tu comunicación no verbal
El 70 % de lo que comunicamos no son palabras: son gestos, postura, tono de voz, expresiones. Mantén contacto visual, sonríe sin exagerar, siéntate recto, evita mover demasiado las manos y transmite energía positiva. La seguridad se nota incluso antes de hablar.
7. Llega con tiempo (o con antelación si es online)
Llegar tarde crea mala impresión; llegar muy pronto también puede incomodar. Lo ideal es:
- 5–10 minutos antes si es presencial
- 10–15 minutos antes conectado si es online
Comprueba tu cámara, micrófono, fondo y conexión.
8. Vístete según el estilo de la empresa
No es necesario ir siempre de traje. Si la empresa es creativa, tecnológica o joven, un look más relajado puede encajar. El truco es: siempre profesional, siempre limpio, siempre apropiado.
9. Prepara preguntas para el entrevistador
Muchas personas fallan en este punto. Hacer buenas preguntas demuestra interés. Algunas útiles son:
- ¿Cómo es el día a día del puesto?
- ¿Qué retos tiene el departamento este año?
- ¿Cuál es el estilo de liderazgo de la empresa?
- ¿Qué esperan de la persona en los primeros 3 meses?
Evita preguntar por vacaciones o sueldo en la primera entrevista (salvo que ellos lo saquen).
10. Practica tu tono y claridad
Hablar demasiado rápido o poco claro puede jugar en tu contra. Practica en voz alta, incluso grabándote. Esto te permitirá mejorar entonación, ritmo y muletillas.
11. Controla tus nervios
Los nervios son normales, pero se pueden gestionar. Respira profundo antes de entrar, repítete que una entrevista es una conversación, no un examen, y recuerda que tú también estás evaluando la empresa.
12. Haz seguimiento después de la entrevista
Enviar un mensaje breve agradeciendo la oportunidad puede diferenciarte: demuestra profesionalidad, educación e interés. Algo simple como:
«Muchas gracias por la entrevista de hoy. Ha sido un placer conocer más sobre el puesto y la empresa. Quedo a vuestra disposición para lo que necesitéis.»
¿Cuáles son las 10 preguntas más frecuentes en una entrevista?
1. “Háblame de ti”
Es la más típica. Se busca ver tu coherencia profesional y cómo te defines. No cuentes tu vida; enfócate en tu trayectoria, habilidades y motivación.
2. “¿Por qué quieres trabajar aquí?”
Quieren saber si conoces la empresa y si tu motivación es real. Menciona valores, proyectos o elementos que te atraigan del puesto.
3. “¿Cuáles son tus fortalezas?”
No digas frases genéricas. Elige 2–3 muy concretas y dales ejemplo. Por ejemplo:
“Soy muy organizado: gestioné un equipo de 12 personas con un calendario complejo sin retrasos”.
4. “¿Cuáles son tus debilidades?”
Evita los tópicos tipo “soy perfeccionista”. Habla de un punto real pero controlado, y añade cómo lo estás trabajando.
5. “¿Por qué dejaste tu anterior trabajo?”
Nunca hables mal de nadie. Enfócalo en crecimiento personal, cambios profesionales o aprendizaje.
6. “Cuéntame una situación difícil y cómo la resolviste”
Esta pregunta evalúa tu capacidad para resolver problemas. Usa ejemplos concretos con la metodología STAR.
7. “¿Cómo trabajas en equipo?”
Explica tu rol habitual, tu estilo de comunicación y cómo gestionas desacuerdos.
8. “¿Dónde te ves dentro de 5 años?”
No inventes: muestra ambición realista y alineada con el puesto.
9. “¿Cuál es tu expectativa salarial?”
Investiga el rango del sector. Da una horquilla razonable y abierta.
10. “¿Tienes alguna pregunta para nosotros?”
Nunca digas “no”. Prepara preguntas interesantes que demuestren interés y profesionalidad.
¿Qué decir cuando te preguntan 3 defectos y 3 virtudes?
Esta es una de las preguntas más temidas, pero también una de las más fáciles si sabes cómo plantearla.
Cómo elegir tus virtudes
Las virtudes deben estar relacionadas con el tipo de trabajo al que aspiras. No digas virtudes genéricas sin contexto. Mejor elige virtudes aplicables y demuestra cada una con un microejemplo.
Ejemplos de virtudes bien formuladas:
1. Organización
“Soy una persona muy organizada. En mi último empleo gestionaba varias tareas simultáneas y nunca tuve retrasos.”
2. Resolución de problemas
“Me gusta buscar soluciones. Por ejemplo, en mi anterior trabajo optimicé un proceso que redujo los tiempos un 20 %.”
3. Aprendizaje rápido
“Aprendo muy rápido. Cuando entré en mi último puesto no conocía el software, y en dos semanas estaba formándo a otros compañeros.”
Cómo elegir tus defectos sin perjudicarte
La clave es elegir defectos que no afecten al puesto, que sean reconocibles pero no críticos, y mostrar siempre cómo los estás mejorando.
Ejemplos de defectos bien formulados:
1. Impaciencia con los tiempos lentos
“Soy impaciente cuando los procesos se alargan demasiado, pero lo estoy trabajando planificando mejor y preguntando por prioridades.”
2. Me cuesta delegar
“Me costaba delegar porque quería asegurar que todo salía bien. Ahora he aprendido a confiar más, dar instrucciones claras y revisar al final.”
3. Vergüenza al hablar en público
“No me sentía cómodo exponiendo delante de mucha gente, así que me apunté a talleres y estoy mejorando mucho.”
Errores que debes evitar en esta pregunta
- Decir defectos inventados (“soy demasiado perfeccionista”).
- Decir virtudes sin ejemplo.
- Elegir defectos graves para el puesto.
- Contestar “no tengo defectos”: transmite falta de autocrítica.
- Exagerar demasiado un punto débil.