Cada día, miles de personas reciben lo que se conoce como correo estafa, un mensaje que aparenta ser legítimo pero cuyo único objetivo es engañar al destinatario.
Estas estafas han evolucionado con el tiempo: ya no se limitan a mensajes mal redactados con promesas de herencias millonarias, sino que ahora pueden imitar de forma casi perfecta a bancos, tiendas online o servicios públicos. Reconocer un correo fraudulento puede ser la diferencia entre mantener a salvo nuestros datos o caer en manos de estafadores.
¿Cómo son los correos de estafa?
Los correos de estafa suelen tener una apariencia convincente, diseñada para generar confianza y provocar una reacción rápida en la víctima. No obstante, aunque puedan parecer auténticos, existen patrones comunes que los delatan:
- Suplantación de identidad (phishing): se hacen pasar por entidades reconocidas como bancos, Correos, Hacienda o grandes plataformas de comercio electrónico.
- Mensajes alarmistas o urgentes: el remitente advierte de un supuesto problema (cuenta bloqueada, pago pendiente, multa, paquete retenido) que requiere una acción inmediata.
- Enlaces falsos: incluyen links que redirigen a páginas que imitan la original, pero cuyo único fin es robar credenciales de acceso.
- Adjuntos maliciosos: envían archivos que, al abrirse, instalan malware en el dispositivo.
- Errores de forma: en algunos casos presentan faltas de ortografía, traducciones automáticas o direcciones de correo poco fiables.
¿Cómo saber si un email es una estafa?
Distinguir un correo estafa de un mensaje legítimo requiere estar atentos a ciertos detalles. Estos son los más importantes:
Revisa el remitente
Aunque el nombre visible parezca oficial, la dirección de correo suele delatar la estafa. Bancos o instituciones no envían mensajes desde dominios genéricos como @gmail.com o @yahoo.com.
Analiza el tono del mensaje
Los correos de fraude suelen usar un lenguaje alarmista, con frases como:
- “Su cuenta será bloqueada en 24 horas”.
- “Ha ganado un premio exclusivo”.
- “Debe pagar urgentemente para evitar sanciones”.
Este tipo de presión busca que actúes sin pensar.
Comprueba los enlaces
Antes de hacer clic, pasa el ratón sobre el enlace (sin pinchar). Verás la dirección real: si no coincide con la web oficial o resulta sospechosa, se trata de un fraude.
Cuidado con los adjuntos
Los archivos comprimidos (.zip), ejecutables (.exe) o incluso documentos aparentemente inofensivos (.pdf, .doc) pueden contener malware.
Busca incoherencias
Errores ortográficos, logos de baja calidad o saludos genéricos como “Estimado cliente” son pistas claras.
En resumen, un correo estafa casi siempre deja rastros que, con atención, pueden descubrirse.
¿Cuál es el objetivo del fraude por correo electrónico?
El fraude por correo electrónico no siempre persigue lo mismo, aunque todos los casos tienen un fin económico o delictivo. Los principales objetivos son:
- Robo de credenciales: los ciberdelincuentes buscan tus contraseñas de banca online, correo o redes sociales.
- Estafas económicas directas: hacer que pagues facturas falsas o transfieras dinero a cuentas fraudulentas.
- Distribución de malware: al descargar un archivo, se instala software que permite robar información o controlar el dispositivo.
- Suplantación de identidad: con tus datos pueden abrir cuentas falsas, solicitar créditos o realizar compras.
- Venta de información: los datos personales robados suelen acabar en el mercado negro digital.
¿Qué pasa si abro un correo estafa?
Abrir un correo estafa no siempre supone un daño inmediato, pero sí puede ser el primer paso hacia un fraude más grave.
- Si solo lo lees: en la mayoría de los casos, abrir el correo no causa daño directo, aunque puede confirmar al estafador que la dirección está activa.
- Si haces clic en enlaces: corres el riesgo de acceder a páginas falsas y entregar tus contraseñas sin darte cuenta.
- Si descargas adjuntos: es el escenario más peligroso, ya que el archivo puede contener virus, troyanos o ransomware.
- Si respondes al mensaje: estarás confirmando tu interés y facilitando más datos a los ciberdelincuentes.
Consejos generales para protegernos del phishing
El phishing y las estafas por correo se pueden prevenir con una combinación de precauciones técnicas y hábitos digitales.
Desconfía de lo urgente
Nunca proporciones datos bancarios o personales en respuesta a un email que te presiona con plazos cortos o amenazas.
Verifica siempre el remitente
Accede a las páginas oficiales escribiendo tú mismo la dirección en el navegador en lugar de pinchar en enlaces del correo.
Usa medidas de seguridad
- Instala un buen antivirus y mantenlo actualizado.
- Activa el doble factor de autenticación en tus cuentas importantes.
- Actualiza el sistema operativo y aplicaciones con regularidad.
Consulta fuentes oficiales
Ante la duda, contacta con la entidad supuestamente emisora del correo. La mayoría de bancos y servicios tienen canales para verificar si un mensaje es auténtico.
Educa y comparte
Informa a familiares y compañeros sobre las técnicas de estafa más frecuentes. La prevención colectiva reduce las posibilidades de caer en estos fraudes.