13 Octubre 2023
(NAN/5)
por Redacción
La salud financiera y mental son dos conceptos que van íntimamente unidos. Teniendo en cuenta la importancia que ha adquirido la salud psicológica desde hace algunos años, en Dineo te queremos hablar de cómo afecta el estado de las finanzas a la salud mental.
¿Qué es la salud financiera y cómo gestionarla?
Tu estado físico y mental influyen directamente en el manejo de tu economía. Tener una buena salud financiera consiste en lograr una serie de metas y de objetivos, con el único fin de conseguir una óptima gestión económica en tus cuentas, sobre todo cuando hay imprevistos.
Ahora bien, ¿cómo conseguir una buena salud financiera y, por consiguiente, mental?
- El día a día es fundamental para conseguir cumplir con los vencimientos de préstamos o créditos y, además, para tener un cierto grado de consumo. Por ejemplo, no es factible irte de comprar sin haber abonado antes el crédito hipotecario.
- Tener resiliencia es importante para afrontar cualquier imprevisto en todo tipo de ámbitos, sobre todo en el económico y financiero. Un buen ejemplo es cuando te despiden o los precios suben de forma desbocada y tienes un dinero guardado para afrontar las dificultades.
- Plantearse metas es una cuestión muy personal y, además, nos llena de satisfacción como seres humanos, sobre todo cuando empezamos y cuando se cumplen. Querer estudiar, tener en mente hacer un viaje muy largo o comprarse una casa, son metas fáciles de cumplir cuando se tiene dinero para ello.
- La confianza en la gestión de tu economía en general influye directamente en tu felicidad, en tu estado de ánimo y en tus emociones. Por ejemplo, si en un par de meses terminas de pagas un préstamo personal, estamos seguros de que te sentirás más tranquilo y feliz.
¿Cómo influye la gestión de la economía en las emociones?
Está más que demostrado que las emociones pueden llegar a afectar a la administración de tu dinero.
La felicidad te hace sentir que puedes con todo, no obstante, un exceso de la misma también puede llevarte a cometer errores. Esto ocurre cuando estás gastando sin darte cuenta llevado por la emoción del momento, es decir, sin tener en cuenta las consecuencias que vendrán después.
Para ello, recomendamos tener una cuenta separada para gastos de ocio e ir traspasando dinero. Otra opción es establecer un límite en la cuenta como forma de control.
La ira es uno de los sentimientos más poderosos y más peligrosos en el ámbito financiero. Por ejemplo, cuando te peleas con tu pareja o cónyuge y decides gastar parte del dinero de la cuenta que hay en común. No hay ninguna solución mágica, por lo tanto, es suficiente con que pienses detenidamente lo que vas a hacer antes de tomar decisiones financieras y económicas complicadas.
La baja autoestima o la falta de seguridad en uno mismo también puede provocar la toma de decisiones totalmente erróneas. Según estudios psicológicos, las personas que se sienten solas o con baja autoestima, tienden a comprar de forma compulsiva sin importar el dinero que gastan o si verdaderamente les hace falta. Por ello, hay que ser consciente del problema y, por ejemplo, realizar otro tipo de actividades cuando se tengan unas ganas impulsivas de comprar.
El miedo es otra de las emociones poderosas, quizás la que más poder tiene entre nosotros, sobre todo con vistas al futuro. En la práctica se traduce por un abuso excesivo de los créditos o por hacer inversiones con un riesgo difícil de sostener. Para evitar el miedo, enfócate en los hechos reales y olvídate de las suposiciones.
En conclusión, la salud financiera y mental va unida, no obstante, hay que saber identificar las emociones que conllevan decisiones erróneas. ¡Navega por el blog de Dineo para conocer más acerca de la educación financiera!
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