Apalancamiento financiero: qué es, cómo se calcula e inconvenientes

El apalancamiento financiero es un concepto técnico que no se usa demasiado en la vida diaria, sin embargo, resulta fundamental a nivel empresarial. Para crecer y ganar en competitividad, muchas compañías recurren a distintas vías de financiación, lo que implica dinero ajeno. Hoy, vamos a contarte en qué consiste, cómo se calcula y cuál es su importancia para un negocio.

Qué es el apalancamiento financiero

Se trata de un mecanismo económico empleado por las empresas para conseguir fondos. El capital externo que se recibe se utiliza para aumentar los ingresos y la rentabilidad, es decir, actúa como una «palanca» que da el empujón que falta. Por tanto, su finalidad es lograr que haya más beneficios.

Por supuesto, es importante que sepas que el apalancamiento no equivale a un préstamo común. En el último caso, no tiene por qué existir el objetivo de incrementar las ganancias, de ahí su principal diferencia.

Por qué es importante

Las operaciones financieras tradicionales no siempre son una opción eficaz cuando se trata de captar dinero para una compañía. Aquí es donde aparece la herramienta del apalancamiento. Mediante el uso de este mecanismo, se obtiene capital de terceros para que la empresa siga creciendo. Al no necesitar fondos propios para la totalidad de la inversión, el proceso es mucho más rápido y eficiente, aunque a cambio se debe abonar un tipo de interés pactado con la entidad bancaria o con el inversor.

También es de gran utilidad cuando la envergadura de la mejora que quiere asumirse es muy grande, ya que, de lo contrario, la propia compañía nunca podría lograr liquidez para ello. Vamos a darte un ejemplo.

Una empresa desea construir una nueva fábrica que doblará su capacidad de producción y, como es lógico, se espera que igualmente aumenten sus ingresos. La construcción del edificio costará 30 millones de euros, pero la liquidez disponible es de 2 millones.

En este caso, serán necesarios 28 millones de entidades externas. Por consiguiente, se hará un apalancamiento total de 28 millones. Para que la operación sea viable, el beneficio esperado debe ser superior a los 30 millones más la suma de los intereses totales que se tendrán que afrontar.

Más adelante, te enseñaremos cómo se calcula el nivel de apalancamiento partiendo de este ejemplo.

Riesgos del apalancamiento

Tal y como puedes comprobar, el apalancamiento es una herramienta interesante para la obtención de ingresos por parte de una empresa. Sin embargo, como cualquier deuda, su uso conlleva algunas preocupaciones para las instituciones. A continuación, vamos a repasar las más relevantes:

• Al no contar con fondos propios o al ser estos una parte minoritaria en la inversión, si el resultado no es el esperado, la sociedad podría atravesar graves problemas económicos.
• Al apalancarse, la compañía deja de tener el control económico de sus propias finanzas. Una gran parte del dinero invertido procede de capital externo. Esto puede dificultar la toma de decisiones y afectar a su modelo de negocio.
• Un alto nivel de apalancamiento hará más complicada la obtención de futuros créditos, ya que el nivel de deuda será más elevado y, en consecuencia, habrá un mayor riesgo. En el caso de que se consigan, los intereses serán más altos.

Cómo calcular el apalancamiento financiero

El cálculo más útil para que conozcas con precisión este proceso es el ratio de apalancamiento. Asimismo, te daremos algunos consejos para valorarlo y te mostraremos cómo medirlo con otra sencilla cuenta.

Ratio de apalancamiento

Para calcular el apalancamiento financiero, debes dividir el valor del activo entre los fondos propios que se han invertido. Vamos a darte un ejemplo. La rentabilidad que ofrece a la empresa la compra de una nueva máquina que aumente la producción es de 50 000 euros. Los fondos empleados para su compra han sido de 30 000 euros. En este caso, habría que dividir 50 000 entre 30 000. El resultado es de 1,66.

Así puedes interpretar el resultado:

• Si el ratio es superior a 1, se considera que se trata de una operación rentable y, por tanto, merece la pena el riesgo.
• Si la cifra es inferior, el resultado tiene un alto riesgo de ser negativo.

Tipos de apalancamiento

En función del resultado del cálculo anterior, la compañía se ve en 3 situaciones diferentes:

• Apalancamiento positivo: La inversión que se ha llevado a cabo proporciona un retorno superior al coste total de la deuda. Esto significa que se han logrado beneficios y hay un saldo a favor.
• Apalancamiento neutro: Los ingresos adicionales que se han obtenido son iguales al gasto que se deberá asumir para devolver el capital prestado.
• Apalancamiento negativo: En este caso, la inversión no ha dado los resultados previstos. Las ganancias que se han conseguido no cubren el total de la deuda. Por consiguiente, se producen pérdidas.

Cuál es el nivel de apalancamiento

Vamos a retomar el ejemplo de la fábrica. En este caso, mientras se aportaban 28 millones de fondos externos, se contaba con 2 millones de recursos propios. Por tanto, el apalancamiento es de 14:1. En el lado del divisor -el de la derecha-, siempre debe aparecer un 1 en este cálculo. Para lograr este resultado, se hace la siguiente operación:

• Dividimos el capital externo entre los fondos propios. (28 entre 2). El resultado es 14 -el número de la izquierda-.
• Puesto que el número de la derecha, ya hemos dicho que tiene que ser 1, conseguimos el nivel de apalancamiento: 14:1.

En este ejemplo, el nivel de endeudamiento de la empresa es demasiado elevado. Si algo saliese mal, tendría que lograr liquidez suficiente para pagar 14 veces todo el dinero que tiene disponible y amortizar el préstamo, lo cual, casi con seguridad, conduciría a su quiebra. Por consiguiente, al igual que el ratio es un dato importante para calcular el riesgo, también lo es el nivel de apalancamiento. Ambas cifras deben ser tenidas en cuenta a la hora de llevar a cabo una operación de este tipo.

El apalancamiento financiero, como hemos dejado claro a lo largo del texto, resulta muy beneficioso para los negocios, siempre que se haga con precaución y asumiendo los menores riesgos.